Muchos inversores value como Warren Buffett o el español Francisco García Paramés hacen gala de un estilo de inversión en el que no tienen en cuenta para nada los datos macroeconómicos. Es interesante ver cómo a estos dos inversores les ha ido bien las últimas décadas, y es posible que no prestar atención a la macroeconomía resulte de algún modo beneficioso a la hora de invertir.
Lo que debemos de entender es el motivo por el que ignoran los datos macro. ¿Acaso no influye el crecimiento del PIB, los tipos de interés o el Brexit en la economía? Evidentemente sí. Entonces, ¿por qué inversores de tal reputación hacen estas afirmaciones? Muy sencillo: simplemente porque no se pueden predecir.
El problema de la macroeconomía es que es un factor que no podemos predecir (no sabemos quién será el próximo presidente hasta que se den unas elecciones). Además, es información sobre la que no podemos influir. Por tanto, lo mejor que podemos hacer como inversores es dejar de gastar energía en predecir si el próximo presidente será éste o aquél y centrarnos en lo que verdaderamente está bajo nuestro círculo de control: analizar empresas, valorarlas y comprarlas a precios baratos.
Y es que el futuro no se puede predecir. Ya bien sea porque es información que aún no se ha creado (piensa en un mercado de 7.000 millones de personas) o porque las decisiones políticas son arbitrarias.
Invierte dentro de tu círculo de control
Invertir dentro de tu círculo de control significa invertir con la información que ya se ha creado. Analiza la contabilidad de una empresa, sus ventajas competitivas, sus barreras de entrada, su precio y compra si tienes un buen margen de seguridad para estar protegido ante eventuales cambios macroeconómicos. No necesitas saber nada más.
En esto de la inversión hay que tener claro que no se trata de adivinar con una bola de cristal si el precio de una acción subirá o bajará. De lo que se trata es de encontrar ineficiencias, comprar barato y esperar a que el mercado reconozca el verdadero valor de una empresa.