Paramés: "Sé propietario de activos, no prestamista"

Uno de los aspectos en los que más incide Francisco García Paramés es la importancia de invertir en activos reales como la bolsa y evitar invertir en deuda o bonos, ya sea pública o corporativa. Y no porque los bonos sean menos rentables que la bolsa, sino porque los bonos son un préstamo, una promesa de pago, que no siempre se devuelve.

Sé propietario de activos, no prestamista. Los préstamos son una promesa que algunas veces se lleva el viento.

Como bien argumenta Paramés en su libro "Invirtiendo a largo plazo", los bonos no son activos reales. No son más que una promesa de pago, en la que el emisor se compromete a pagar un tipo de interés más el principal en un plazo determinado. El punto de Paramés es que no siempre el emisor es capaz de saldar la deuda, y por tanto, la deuda implica un riesgo mayor desde el punto de vista de un inversor.

Este punto de vista es realmente interesante. Y es que para muchos economistas la razón por la que la bolsa históricamente ofrece más rentabilidad que los bonos es debido a que la bolsa implica un mayor riesgo, y por tanto, exige un mayor retorno. Sin embargo, el punto de vista de Paramés es radicalmente contrario, y para él, la deuda implica un mayor riesgo, debido precisamente, a su riesgo de impago.

Otro de los mensajes que envía Paramés en su libro, es que la deuda está referenciada a una divisa. ¿Qué implica esto? Que si la divisa sufre inflación estaremos perdiendo dinero, reflejándose en una perdida de valor adquisitivo. En este sentido, los activos reales también son mejores que las deudas desde el punto de vista de un inversor, puesto que el precio de los activos, ya sea bolsa, empresas privadas o pisos, reflejan la inflación que se produce en una economía.

Lección

  1. Invertir en activos reales implica ser dueños, y por tanto, no nos convertiremos en prestamistas ni correremos el riesgo de no cobrar la deuda.
  2. Invertir en activos reales nos protege ante la inflación y la pérdida de poder adquisitivo.